Las emociones suelen ser nuestras aliadas en el día a día y nos ayudan en la tarea de relacionarnos de una manera equilibrada con las personas de nuestro entorno. Sin embargo, las emociones negativas o aquellas que no logramos gestionar o incluso bloqueamos, pueden provocarnos estrés, problemas digestivos, etc. a corto plazo, y ser la causa de múltiples enfermedades a largo plazo.

Me gustaría compartir algunos consejos sencillos que suelo usar para combatir ese estrés emocional que todas hemos sufrido y que en mi caso, ha aumentado tras mi reciente maternidad. El objetivo es conseguir vivir el momento con más serenidad y equilibrio y evitar que esas emociones nos saboteen.

Toma consciencia de lo que ocurre

La clave para poder afrontar un problema es reconocer que lo tenemos. Puede parecer simple pero muchas veces no queremos hacerlo para no enfrentarnos a él. Tomar consciencia de la situación nos permite exteriorizar aquello que ocurre, liberándonos de parte de la carga y aceptando que todos tenemos puntos débiles en los que trabajar a nivel emocional.

Traga saliva

¿Os habéis dado cuenta de que cuando tenemos un pico de estrés o nos enfrentamos a una situación desagradable de repente se nos seca la boca? La salivación está directamente relacionada con el sistema nervioso. El nerviosismo reduce la salivación. Si voluntariamente provocamos la salivación de nuevo (podemos imaginarnos esa comida que tanto nos gusta) revertimos el síntoma y facilitamos el reequilibrio del sistema nervioso. Notareis que a medida que la boca se humedece de nuevo nos sentimos mejor, y el simple hecho de poner nuestra atención en hacer este ejercicio ayudará a que por unos segundos reduzcamos la presión que sentimos.

 

Usa los alimentos a tu favor

Todas sabemos que cuando estamos estresadas o tristes solemos refugiarnos en la comida. ¿Quién no lo ha hecho alguna vez?

Un estudio publicado en American Journal of Clinical Nutrition habla directamente de “ingesta emocional” o dicho de otro modo, compensamos situaciones de estrés, tristeza o ansiedad con comida, ya que nos produce un placer inmediato que viene acompañado del sentimiento negativo de culpa posterior por el potencial riesgo a engordar que conlleva. ¡Cuanto antes rompamos este círculo vicioso mejor!

Si estamos pasando por ello la manera de vencerlo no es eliminar totalmente esos placeres, sino sustituirlos por alimentos saludables de manera progresiva.

Una buena herramienta es la fruta, ya que el dulzor de la fructosa puede calmar nuestras ganas de dulce sin aportar un exceso de calorías. La manzana es una de las más saludables. Sólo tiene alrededor de 50 calorías por cada 100 gramos y su aporte en fibra nos aporta sensación de saciedad. Particularmente os recomiendo que probéis la manzana Ambrosia, un regalo de la naturaleza naturalmente deliciosa. Su sabor es dulce, poco ácido y su textura crujiente, lo que no sólo nos aporta beneficios a nivel nutricional sino también a nivel sensorial ya que se disfruta con todos los sentidos. Suelo llevar un par de ellas en mi bolso y así evito acabar comprando snacks o bollería, cuando me pica el gusanillo del dulce.

_MG_3821

 

Practica deporte

El estrés y los problemas con los que nos enfrentamos en el día a día provocan que acabemos la jornada con sobrecargas musculares y tensión, que pueden derivar en contracturas, dolor, etc. Como ya sabéis, mis dolores de espalda fueron los que me llevaron a iniciarme en el mundo del deporte y cambiar mi estilo de vida. Tenía que canalizar de alguna manera ese estrés, aprender a respirar, conseguir dormir, y ganar fortaleza para mejorar mi postura y el tono de mi musculatura. Si realizáis deporte al menos 3 veces a la semana vais a notar su efecto. No sólo liberareis estrés sino que además generaréis endorfinas, las famosas hormonas de la felicidad. Lo importante es buscar un deporte que os guste y que podáis practicar de manera constante. Podéis entrenar en casa por ejemplo, y así evitáis la típica excusa de «no puedo ir al gimnasio». Esa constancia en el tiempo y crear un hábito, es la base para conseguir resultados. El objetivo es que cuando finalicéis cada sesión os sintáis liberadas de ese estrés, y vuestra mente vuelva a su equilibrio para poder descansar bien.

Ahora sólo queda llevar a la práctica algunos de estos consejos y ver que tal os funcionan. Y pase lo que pase…no os olvidéis de respirar….